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Un sí quiero entre olivos al atardecer

Olivos, luz dorada y amor eterno en tu mini boda

No sé qué tienen los olivos, pero cuando estoy en medio del campo, con esa luz dorada del atardecer colándose entre las ramas y una pareja dándose el “sí quiero”, todo se detiene. Y sí, en ese instante pienso… qué maravilla poder estar aquí con mi cámara y el corazón abierto.

Las mini bodas tienen algo que simplemente me emociona. No son bodas pequeñas en el sentido de ser «menos» boda, sino todo lo contrario. Son bodas en las que cada persona que está, importa. Donde no hay protocolo que valga más que las miradas que se cruzan, los abrazos largos y los brindis que salen del alma. Y cuando todo eso ocurre rodeado de naturaleza, con el aire fresco de Zaragoza y los olivos como testigos… créeme, es magia pura.

Llevo ya varias mini bodas en Zaragoza, y cada una me deja algo distinto. La vez que recogieron flores silvestres para hacer un ramo improvisado. El abuelo que preparó una silla especial para ver mejor la ceremonia. La amiga que escribió una canción y la cantó en pleno campo, temblando un poco, pero con los ojos brillantes. Eso es lo que me mueve, lo que me hace decir sí una y otra vez a ser fotógrafo de boda al atardecer.

¿Qué es exactamente una mini boda?

Es una boda íntima, con menos invitados de lo habitual, pensada para disfrutar de lo esencial: vosotros, vuestro amor, y las personas que realmente forman parte de vuestra vida. No se trata de números, sino de sentimientos. Y lo bonito es que, al ser tan cercana, me permite captar esos detalles que muchas veces se pierden en las bodas más grandes: la forma en la que te miras con tu pareja durante la ceremonia, las risas espontáneas, la conversación que tienes con tu madre mientras te arreglas… todo eso se convierte en una historia que merece ser contada.

¿Y por qué hacerla en Zaragoza?

Zaragoza lo tiene todo para una boda en campo. Lugares como Torrecilla de Valmadrid, los alrededores de Fuendetodos o cualquier rincón entre olivares se transforman con la luz mágica del atardecer. Imagínate diciendo tus votos mientras cae el sol, con una copa de vino en la mano y el sonido de las cigarras de fondo. No hace falta más.

Una boda entre olivos, con decoración sencilla, mesas largas y madera, farolillos colgando y mantitas por si refresca… eso es lo que hace que una boda pequeña rústica tenga tanto encanto. Y lo mejor de todo es que no hace falta irse muy lejos. Desde el centro de Zaragoza se llega en un respiro.

Hacerla conmigo: más que fotos

Yo no solo hago fotos. A veces sujeto el ramo mientras os colocáis, aguanto una lágrima con la cámara o doy indicaciones al padrino medio distraído. Estoy allí, no solo para capturar momentos, sino para vivirlos con vosotros. Y eso se nota. Me gusta trabajar desde la cercanía, desde la confianza. Porque sacar una foto bonita es fácil. Lo difícil es contar la verdad de ese día con imágenes que os hagan sentir el pellizco cada vez que las veáis.

Si quieres ver cómo son algunas de las mini bodas que he tenido la suerte de fotografiar, te invito a pasarte por mi web: https://manuelphoto.es/si-quiero-mini-bodas/. Ahí hay ejemplos reales, con historias sencillas y preciosas.

Y si quieres hablar, podemos hacerlo sin vueltas. Escríbeme por WhatsApp al 642542899, llámame al 876036786, o pásate por el estudio en Mariano Baselga 1, 50015 Zaragoza. Me encantará tomarnos un café y que me cuentes cómo lo estás imaginando.

Si tú también sueñas con una boda solo con los esenciales, escríbeme y lo hacemos realidad.

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ManuelPhoto.es